
Mateo Gallardo Jantus nació en Buenos Aires, Argentina, el 12 de julio de 1994. De chico se mudó con su familia al interior del país, instalándose en Venado Tuerto al sur de Santa Fe, donde permaneció hasta terminar el colegio secundario.
Creció entre 4 hermanos y una hermana a las afueras de la ciudad y en estrecho contacto con el campo y la naturaleza, lo que dejó una marcada huella en su vida y que hoy refleja con los óleos, el grafito y el carbón de sus obras.
Desde muy chico, yendo con su block a todas partes, comenzó a dibujar la realidad que lo rodeaba, costumbre que aún hoy lleva consigo. Ya en en los últimos años de colegio se sumergió entre los pinceles y la pintura al óleo empezando así un nuevo camino por el arte que continúa transitando hasta el día de hoy.
De nuevo en Buenos Aires en el año 2013, su atracción por el campo y la naturaleza lo llevó a estudiar a la UBA para recibirse de veterinario, pero jamás abandonó la pintura. Sus obras fueron expuestas varios años consecutivos en la exposición Rural de Palermo, así como en galerías de Buenos Aires, pero el boca en boca y las redes sociales siempre fueron el mejor aliado para difundir su arte. Con obras que encontraron su destino tanto en su querido país, Argentina, asi como en España, Estados Unidos, Canadá, Uruguay y Australia, planea seguir difundiendo y dando a conocer la cultura campera argentina, hasta donde más pueda.
Hoy dedica todo su tiempo a su principal pasión, el Arte. En sus obras busca transmitir y plasmar sobre el lienzo las imágenes que absorbió desde niño y en sus estudios veterinarios: el campo, los gauchos, la anatomía de los animales, los caballos criollos y de polo, las distintas razas de hacienda, los árboles, la naturaleza y la cultura campera.
Cree que estos fascinantes aspectos de la cultura argentina deben ser difundidos tanto dentro como en el exterior del país, y el arte es su humilde forma de hacerlo.
Siempre con el afán de seguir superándose y creciendo en su oficio, a Mateo le apasiona conocer pintores, dibujantes, gente del campo y nuevas culturas. Porque eso es, según él, lo que mantiene vivo y en marcha su motor de artista.

Mateo Gallardo Jantus was born in Buenos Aires, Argentina, on July 12, 1994. As a child, he moved with his family to the countryside, settling in Venado Tuerto, south of Santa Fe, where he stayed until finishing high school.
He grew up with four brothers and one sister on the outskirts of the city, in close contact with the countryside and nature, which left a deep impact on his life and is now reflected in his work through oils, graphite, and charcoal.
From a very young age, carrying his sketchbook everywhere, he began drawing the reality around him, a habit he still keeps today. In the final years of high school, he immersed himself in brushes and oil painting, beginning a new journey in art that he continues to walk today.
Back in Buenos Aires in 2013, his attraction to the countryside and nature led him to study at the UBA (University of Buenos Aires) to become a veterinarian, but he never abandoned painting. His works were exhibited for several consecutive years at the Rural Exhibition in Palermo, as well as in galleries in Buenos Aires, but word of mouth and social media have always been his best allies for spreading his art. His works have found homes not only in his beloved country, Argentina, but also in Spain, the United States, Canada, Uruguay, and Australia. He plans to continue spreading and showcasing Argentine gaucho culture as much as he can.
Today, he dedicates all his time to his main passion: art. In his works, he seeks to convey and capture on canvas the images he absorbed from childhood and his veterinary studies: the countryside, gauchos, animal anatomy, Criollos and polo horses, various cattle breeds, trees, nature, wildlife and gaucho culture.
He believes these fascinating aspects of Argentine culture must be shared both within the country and abroad, and art is his humble way of doing so.
Always eager to improve and grow in his craft, Mateo is passionate about meeting painters, illustrators, people from the countryside, and new cultures. Because, as he says, that is what keeps his artist’s engine alive and running.

